Un juez de California falló a favor del derecho legal de una esposa a terminar con el tratamiento para prolongar artificialmente la vida de su difunto esposo después de sufrir graves daños cerebrales que lo dejaron en un estado vegetativo permanente
Ana Romero, esposa de Juan Fernando Romero, y Patricia A. González-Portillo, directora nacional de comunicaciones y electores latinos para Compassion & Choices
(Los Ángeles, California, Lunes, 12 de Marzo) – Un juez de California falló el lunes a favor del derecho legal de una esposa de terminar el tratamiento para prolongar la vida de su difunto esposo, después de que éste sufriera un severo daño cerebral que lo dejó en estado vegetativo permanente. Los pacientes con daños cerebrales y en estado vegetativo permanente han perdido irreversiblemente su capacidad de conciencia, pero conservan algunas funciones fisiológicas involuntarias o inconscientes, como la digestión o pérdida de orina. Esta decisión llega 15 meses después de que la familia de Juan Fernando Romero demandó a su esposa, Ana Romero, para arrebatarle el control de su cuidado de fin de vida.
En 3 de mayo de 2015, como resultado de una enfermedad, Juan Fernando Romero, de 35 años, sufrió un severo daño cerebral por la falta de oxígeno durante más de 15 minutos, sin la posibilidad de ninguna recuperación. Después de que Fernando sufriera numerosos episodios de infección y neumonía durante más de un año y medio, su esposa Ana aceptó renuentemente su inminente muerte y dispuso que él recibiera cuidados paliativos en casa.
Desafortunadamente, el 9 de diciembre de 2016, un día antes de que Ana había arreglado llevar a Fernando a casa, su hermana y sus padres presentaron dos demandas patrocinadas por la Fundación de Defensa Legal de la Vida (Life Legal Defense Foundation). La primera demanda buscaba revocar la autoridad de toma de decisiones de Ana y la segunda, instó a la corte a nombrar a su hermana como apoderada de la salud de Fernando para mantenerlo con vida artificial.
El 3 de junio de 2017, Fernando falleció a la edad de 37 años, después de que el juicio del poder judicial había terminado y el juez estaba en el proceso de dictar la sentencia que en última instancia emitió el lunes.
Esta demanda está trazando comparaciones con el caso de Terri Schiavo. La hermana y padres de Juan Fernando afirmaron que debido a que éste había sido criado como un devoto católico, no habría querido que le quitaran el tubo de alimentación, a pesar de lo que le había dicho con anterioridad a Ana. A la angustia de Ana, insistieron en que estaba mostrando signos de consciencia, a pesar de que un médico que habían contratado para que lo examinara también había concluido que estaba permanentemente inconsciente, siendo imposible que pudiera hablar, entender o responder verbalmente a la pregunta de que si quería ser mantenido “vivo”. Compassion & Choices mejora el cuidado y amplía las opciones al final de la vida. Apoya, educa y aboga. En toda la nación, Compassion & Choices trabaja para asegurar que los proveedores de salud honren y permitan las decisiones de los pacientes sobre su cuidado.