(Washington, D.C., Thursday, September 29, 2022) – Los reportes gubernamentales anuales de pobreza y hambre – lanzados este mes en medio de una alta inflación – una vez más enfatizan la importancia de los programas de asistencia federal para ayudar a niños y familias a salir y mantenerse fuera de la pobreza.
Encuestas recientes demuestran que el 10.4% de las familias americanas sufren inseguridad alimentaria mientras que el 11.2% viven en situación de pobreza. Mississipi, Louisiana, Arkansas y West Virginia están dentro de los cinco estados más pobres y hambrientos.
Los programas de asistencia federal recientemente expandidos, como los créditos fiscales reembolsables (Crédito Fiscal por Ingresos y/o Crédito Fiscal por los Hijos) y el Programa de Asistencia Nutrimental Suplementaria, juegan un papel fundamental en prevenir que las familias caigan en- y se mantengan fuera de – la pobreza. Pero el Crédito Fiscal por los Hijos expiró a finales del año 2021, dejando en un riesgo grave los enormes avances logrados recientemente en la reducción de la pobreza infantil.
Durante la pandemia del COVID, Estados Unidos hizo que la pobreza disminuyera. Tan económicamente dolorosa como fue y es la crisis, el agresivo gasto público de las presidencias de Trump y Biden, mitigó drásticamente el sufrimiento de los estadounidenses. Por ejemplo, en 2018, casi 1 de cada 4 niños de color vivía en familias con ingresos por debajo de la línea de pobreza. En 2021, menos de 1 de cada 10 lo hizo.
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